Historia

Aunque el nombre de este pueblo se origina en la Edad Media y se desconoce con certeza el que tuvo en la antigüedad, no es aventurado suponer que el territorio camuñero estuvo poblado desde los más remotos tiempos, si tenemos en cuenta su situación sobre un promontorio rocoso (674 metros), con alturas próximas como “San Cristóbal” y “La Cabeza gorda” ; a esto podemos añadir que por el actual casco urbano pasa la “Cañada del soriano” (camino de trashumancia de la tierras frías de Soria a las calidad de Extremadura); a la mitad de la distancia entre Camuñas y Madridejos, puede verse el antiguo y pasajero “Camino Real”, que va  del centro de la Meseta inferior a Cádiz. En este plano de comunicaciones, no podemos olvidar que Consuegra  fue la segunda Mansión de la calzada de Toletum a Laminium y que Camuñas estuvo de continuo relacionada con dicha ciudad de Consuegra.

Camuñas, por tanto, se localiza en un lugar en cierta manera estratégico sobre un montículo, a orillas de un río, cerca de comunicaciones básicas en la antigüedad, cañada y calzada.

La población primitiva se documenta por los hallazgos de piezas del neolítico. Testimonia la presencia hispanorromana una serie de objetos arqueológicos de esa época, como candiles, cerámica y alguna lápida epigráfica. Pero hay un topónimo valioso que denota la presencia romana: Los Villares de Almadén, lugar donde se localiza poblamiento hispanorromano y árabe. También se han documentado asentamientos hispanorromanos en los parajes de las Varas del Palio y Lerma.

Nuestra villa, igual que Consuegra, formó parte de la Carpetanía, ya en su límite con la Celtiberia, integrada con el dominio romano en la Hispania Citerior, en el Convento Jurídico de Cartagena.

Los invasores islámicos ocupan el territorio y de su presencia quedan los topónimos Almadén, Alcadén y Camuñas. El topónimo Camuñas viene a significar toda especie de semilla que no es cereal o legumbre; tiene el mismo origen que camoniya, al-comenia, alcamunia, todos derivados de la voz arábiga al-camoniya, femenino de cammoni, que viene a significar lo que tiene color y la forma de cammun o caymón, esto es: “el comino de comer”. Como vemos, el cultivo del comino da nombre, a nuestro pueblo.

Despoblado el territorio al ser sus moradores víctimas de la guerra de fronteras, por los avances y retrocesos en la lucha por la reconquista, Alfonso VII y luego Alfonso VIII estableces las bases de la repoblación de estos parajes. Instalada la Orden de San Juan de Jerusalén en las llanuras de los ríos Záncara y Cigüela, se activa la repoblación, vitalizando las pobres aldeas.

En los tiempos de Alfonso VIII (1158-1214) los caballeros de San Juan de Jerusalén o del Hospital poseían casa propia en Consuegra. A partir de ese momento (1183) se inicia la expansión de esta Orden, por toda esta zona meridional de la Mancha Toledana. Confirma esta situación el Papa Honorio III por bula dada en Verona el 21 de agosto de 1183. Desde este momento es Consuegra la cabeza del Gran Priorato de San Juan, abarcando su territorio lo que serían después las catorce villas, entre ellas, Camuñas.

Los grandes priores fueron dando cartas pueblas, para repoblar los diferentes lugares. El 6 de julio de 1238 se dan para repoblar las aldeas de Madridejos y Camuñas, acción dispuesta por el Comendador de Consuegra Roy Pérez, por mandato del Gran Prior de Castilla y León, Don Ferrant Ruiz. La carta de población se otorga al concejo o Ayuntamiento de Camuñas. Para lo dispuesto en ella, los moradores de Camuñas se regirán por el fuero de Consuegra. Todavía hubieron de pasar treinta y seis años y llegar al 1274 para que de hecho se iniciara la repoblación. Quedaba así Camuñas integrada en el Priorato de Consuegra de la Orden de los Caballeros Sanjuanistas o del Hospital.

El 5 de abril de 1557 se concedía al entonces lugar de Camuñas el privilegio de villazgo, por la princesa Dª Juana de Austria, gobernadora de estos reinos en ausencia de su hermano Felipe II, habiendo de entregar Camuñas al tesoro público la cantidad de “un millón cincuenta y nueve mil quinientos maravedís”. Dicha fecha Camuñas tenía 160 vecinos (unos 800 habitantes). El privilegio de villazgo suponía: eximir y apartar el lugar de Camuñas de la administración consaburense, concediendo al primero el derecho a tener horca, picota, cuchillo, cepo y cárcel y “todas la otras insignias de jurisdicción que tenían las ciudades y villas de por sí”. Por él se eximía a Camuñas de la administración de Consuegra.

La relación de Felipe II de 1576 facilita algunos datos de interés sobre el pasado de la villa. Responden al cuestionario los vecinos Rodrigo Alonso Moreno, Juan Díez de García Díaz y Juan López Martínez, siendo testigos de la importante información los también vecinos Alonso Díaz de Antón Díaz, Pedro García de Tembleque y Fernán Espinosa; Firman el acta Juan López, Juan Díaz y Rodrigo Alonso Moreno. Todo hecho ante el escribano Lucas Galán. En las respuestas dadas por los vecinos al interrogatorio enviado por Felipe II en ese año dicen que es pueblo antiguo. El caserío se localiza en la solana y cierzo de un cerro. Es tierra fría y sana, no es serranía, ni montuosa, falta de leña, con huertas regadas con agua de pozo. Tienen una dehesa boyal y otra más pequeña del monte. Recolectan hortalizas y algunas frutas como peras e higos; 20.000 fanegas de todo grano, 2.000 arrobas de vino y carecen de aceite. En sus prados se mantienen 6.000 cabezas de ganado lanar. Van a moler sus panes a molinos del Guadiana. El vecindario llega a 240 familias. Había antes más, pero el pueblo está muy endeudado, por que cuando se hizo villa tuvo que pedir un empréstito de mil ducados a censo y no lo pueden pagar, por esto se han marchado muchas familias, porque “porque nunca han podido quitar ni redimir el censo”. La mayoría de los vecinos son labradores, hay dieciocho hidalgos, que no pechan. “La Gente es pobre y viven de su labor miserablemente y con mucho trabajo”.

En el contorno se encuentran tres ermitas, las advocaciones de San Sebastián, San Nicasio y La Caridad, que se está construyendo en el año en el que se hace la información. Se guardan las fiestas de esos dos santos, por voto debido al cierta pestilencia que padeció el pueblo.

Hay un hospital, que mandó construir un vecino llamado Pedro García, dejando como bienes una casa, que rentará al año de seis a ocho ducados.

Durante el siglo XVIII se construye una nueva planta o se restaura substancialmente la Iglesia Parroquial, contribuyendo a la obra el Gran Prior, que lo era entonces el infante Don Gabriel Antonio de Borbón (1752-1788). En esta centuria había una “escuela o enseñanza de primeros rudimentos de leer y escribir y mal contar”.

 

ASPECTOS GEOGRÁFICOS Y DEMOGRÁFICOS DE LA VILLA DE CAMUÑAS

La villa de Camuñas se localiza al suroeste de la provincia de Toledo, lindando ya con la de Ciudad Real, en la comarca de La Mancha, en la margen izquierda del río Amarguillo, afluente del Cigüela y éste del Guadiana.

Limita con los términos de Madridejos y Villafranca de los Caballeros; con los de Puerto Lápice y Herencia. Estos dos últimos en la mencionada provincia de Ciudad Real.

Mide 105 Km2 su término, que se alarga de norte a sur, adoptando forma triangular en ambos extremos, se ensancha en la parte por donde discurre el río Amarguillo. Se extiende por una amplia y elevada meseta, aunque el extremo meridional se dinamiza con barrancos, gargantas y cimas que alcanzas cotas de casi 1.000 metros (994 m.); en la planicie, el nivel medio es de 700 m., sin embargo, el suelo sobre el que se levanta el caserío es de 674 m.

En el plano geológico el término abarca una meseta miocena, por los lados norte, este y oeste, por el sur encontramos el silúrico inferior, mientras que en el centro aflora una masa granítica a través de la cual se abre paso el Amarguillo, sobre ella se instala el núcleo urbano de Camuñas. Este suelo variado origina yeseras y canteras de granito, así como se explotaban minas de cobre y plomo en el cerro de San Cristóbal y en el Corral de Juan Ranas; en el siglo XVIII se denuncia una mina de plata.

 

La población evoluciona a través de las siguientes cifras:

Comienzos del siglo XVI: 150 vecinos (450 personas); mediada esa centuria: 240 vecinos (720 personas); a finales de esa centuria: 244 vecinos (732 personas). En el siglo XIX: 1679, 1536 y 1763. Entre 1900 y 1980 los datos son: 1890, 1975, 2264, 2650, 2494, 2616, 2554, 2202, 1838.

Desde 1996 podemos consultar los datos en http://www.ine.es

Deja una respuesta